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El presupuesto de Pemex para 1999.
De acuerdo con cifras preliminares, el precio de exportación del petróleo crudo mexicano en 1998 fue de 10.15 dólares por barril. Esta cifra es 6.31 dólares menor a Ia registrada en 1997 y equivale a una caída de 38 por ciento. Las cifras anteriores, al ser promedio, esconden Ia magnitud de Ia caída experimentada a lo largo del año. El precio promedio obtenido en diciembre -el más bajo del año- fue de 7.56 dólares por barril y Ia cotización diaria más baja de 1998 fue Ia del 10 de diciembre, cuando el precio de Ia mezcla de crudo de exportación descendió a 6.91 dólares por barril. Al efecto de Ia baja del precio se agregó el tope que se impuso al volumen de las exportaciones. El Gobierno de México acordó con otros países productores reducir las exportaciones de crudo a partir del nivel alcanzado en el primer trimestre del año. La reducción volumétrica en el segundo trimestre fue de 100 mil barriles diarios y, en Ia segunda mitad del año, se instrumento un recorte adicional de otros 100 mil barriles diarios. Así, los ingresos derivados de Ia exportación de petróleo crudo descendieron de 10 341 a 6 459 millones de dólares. Esta contracción de 3 882 millones de dólares equivale a 2.5 puntos porcentuales del producto interno bruto. Para absorber este shock externo, Pemex y el Gobierno Federal hicieron uso oportuno de una amplia gama de instrumentos. Pemex compensó parcialmente los menores ingresos externos con un mayor volumen de ventas internas. La demanda total de productos petrolíferos y gas natural creció 5.8 por ciento en 1998. Por otra parte, Ia política de precios al público de combustibles automotrices contribuyó positivamente al ajuste. El precio de éstos pagado al productor siguió la pauta establecida por el mercado internacional. El precio productor de la gasolina Magna cayó 14 por ciento en 1998 y el de Pemex Diesel 17 por ciento. Sin embargo, los precios al público se mantuvieron constantes en términos reales debido a que las autoridades decidieron aplicar mayores impuestos indirectos. Éstos compensaron en parte la caída de los impuestos directos ocasionados por el menor valor del petróleo. Aun así, los impuestos totales derivados del petróleo y sus productos cayeron, a lo largo del año, 2.4 por ciento en términos nominales y 15.8 por ciento en términos reales. En 1998, Pemex recortó en tres ocasiones su gasto programable. El resultado final fue un nivel de gasto nominal 9 por ciento mayor al de 1997, pero 6.1 por ciento inferior, una vez descontada Ia inflación. Ahora bien, el organismo logró incrementar significativamente Ia inversión en proyectos estratégicos financiados con recursos externos. Para financiar el gasto de inversión programable incurrió en un endeudamiento neto de 676 millones de pesos, y para el financiamiento de los proyectos estratégicos se endeudó por un total de 16 692 millones de pesos. Este nivel de endeudamiento se mantiene dentro de límites conservadoramente prudentes, dada Ia estructura financiera de Ia empresa y Ia alta rentabilidad de sus proyectos de inversión. En este contexto, y ante expectativas poco optimistas respecto a Ia evolución a corto plazo del mercado internacional, Pemex formuló su presupuesto anual para 1999. Éste se ajustó al marco más general de los objetivos de Ia política económica del gobierno y fue objeto de diversas modificaciones antes de ser aprobado por el Congreso. Por el lado de los ingresos, descansa en tres premisas básicas. Primero, Ia estructura de precios de los hidrocarburos supone un precio anual del petróleo crudo de exportación de 9.25 dólares por barril, un precio de referencia del gas natural de 1.91 dólares por millar de pies cúbicos y un incremento significativo en el precio al público de los combustibles automotrices. Segundo, el volumen de exportaciones de petróleo crudo se mantiene en 1.64 millones de barriles diarios durante todo el año para cumplir con lo acordado con otros países productores. Tercero, el volumen de las ventas internas de productos petrolíferos crecerá a un ritmo modesto, considerando el aumento de los precios internos, una expansión económica moderada y un régimen pluvial normal. La premisa de precios del petróleo crudo es crucial. La que fue adoptada es consistente con un precio del crudo West Texas Intermediate de 13 dólares por barril. En los últimos días, los precios se han ubicado en torno a este nivel. Sin embargo, es necesario subrayar que se trata de una premisa presupuestal, no de un pronóstico. La incertidumbre y volatilidad del mercado petrolero internacional no permiten formular pronósticos confiables. A este respecto permítanme recordar una anécdota que contaba a sus alumnos el premio Nobel de Economía, Kenneth Arrow. Durante Ia Segunda Guerra Mundial, un grupo de estadígrafos del Pentágono -del que él formaba parte- tenia Ia responsabilidad de pronosticar, con un mes de anticipación, el número de días Iluviosos en Europa. Después de cierto tiempo, los estadígrafos concluyeron que sus pronósticos carecían de todo valor. Pidieron permiso al General Arnold, jefe de Ia Fuerza Aérea del Ejercito, para dejar de formularlos. Al cabo de unas semanas, Arnold les contesto: "El General Comandante esta plenamente consciente de Ia inutilidad de sus pronósticos. Sin embargo, necesita contar con ellos para efectos de planeación". El programa operativo anual de Petróleos Mexicanos para 1999 contempla Ia producción de 3.12 millones de barriles diarios de petróleo crudo y 5 088 millones de pies cúbicos diarios de gas natural. En relación con los niveles alcanzados en 1998, se trata de incrementos volumétricos de 45 mil barriles diarios y 300 millones de pies cúbicos diarios, respectivamente. En el caso del petróleo crudo, Ia restricción a las exportaciones esta generando una creciente capacidad excedente de producción. El gasto programable autorizado de Pemex en 1999 ascendería a 78 mil millones de pesos. Esta cifra es 4.3 por ciento inferior, en términos reales, a Ia correspondiente a 1998. El gasto de operación se mantendrá constante, lo que obligará a generar ahorros corrientes. La inversión programable disminuirá 10 por ciento, una vez descontada Ia inflación esperada. Para proteger este nivel de inversión será indispensable reducir los costos de operación. He ahí el imperativo de austeridad en Pemex. No debemos ni podemos sacrificar el futuro que define Ia inversión. Además de la inversión programable, el Congreso autorizó una serie de proyectos estratégicos de gran aliento, que serán financiados con recursos externos. Estos proyectos incluyen la modernización y desarrollo del campo Cantarell, en Ia Sonda de Campeche; la exploración y desarrollo de Ia cuenca gasífera de Burgos, en Tamaulipas y Nuevo León; la modernización y desarrollo del Delta del Grijalva, en Tabasco; la construcción de una planta criogénica procesadora de gas, en Ciudad Pemex, Tabasco; la reconfiguración, modernización y ampliación de las refinerías de Cadereyta, Ciudad Madero, Minatitlán y Salina Cruz, así como la ampliación y modernización de las refinerías de Tula y Salamanca. Se trata de un programa particularmente ambicioso. La mayoría de estos proyectos están siendo ejecutados y algunos se encuentran en fases avanzadas de construcción. Pemex Refinación recibió recientemente las ofertas correspondientes a los proyectos de Ciudad Madero, Tula y Salamanca y el fallo de estas licitaciones está previsto para mediados de febrero. En las próximas semanas esperemos que antes del 18 marzo- debemos tomar la decisión de ir adelante con los proyectos de Minatitlán y Salina Cruz. Ello dependerá de la disponibilidad de recursos en los mercados internacionales y de la conformación del programa financiero del Gobierno Federal para 1999 y el año 2000. El monto autorizado por el Congreso para estos proyectos estratégicos financiados con recursos externos es de 58 mil millones de pesos. De éstos, se tiene previsto ejercer 4 400 millones de pesos en las refinerías de Minatitlán y Salina Cruz, de contar con Ia autorización de nuestro Consejo de Administración. El renovado vigor de Ia industria petrolera mexicana se ha mantenido a pesar de los problemas que enfrenta el mercado petrolero internacional. Aun a los precios vigentes, estos grandes proyectos estratégicos son rentables y, en muchos casos, reflejan el largo periodo en el que esta industria restringió Ia inversión. La respuesta de otros sectores industriales, particularmente el de Ia construcción, ha hecho posible un avance ordenado de proyectos complejos de grandes dimensiones. También han avanzado una amplia gama de proyectos de mediana talla en todo el país. Pemex ha adoptado nuevos patrones de contratación de obras que le han permitido cumplir mejor sus programas y proyectos, en tiempo y costo, sobre bases competitivas. Tengo la firme convicción de que la industria mexicana de la construcción cuenta con la capacidad para hacer frente a los grandes retos del país, y de Pemex en particular. Lo ha demostrado en el pasado y lo está demostrando hoy, bajo nuevas condiciones, en un mundo cada vez más globalizado. Estando aquí, en Villahermosa, no puedo dejar de hacer referencia al presupuesto de egresos de Pemex en el estado de Tabasco. En 1999, Pemex gastará 12 mil millones de pesos en sus operaciones y proyectos de inversión que se Ilevan a cabo en Ia entidad. Se estima que esta cifra es 11 por ciento mayor a Ia que se ejerció en 1998. De este monto, 3 550 millones de pesos corresponden a gastos de operación y cerca de 8 500 millones a proyectos de inversión. Casi todo este gasto es realizado por dos organismos subsidiarios: Pemex Exploración y Producción y, en menor medida, Pemex Gas. Ambos desarrollan una intensa actividad en esta entidad. Producen volúmenes significativos de petróleo y gas natural que extraen de su subsuelo, procesan gran cantidad del gas natural que proviene de Campeche y Chiapas en adición al propio, producen Ia mayor parte del gas licuado que se obtiene en el país, transportan, por una extensa red de ductos, hidrocarburos que se procesan y consumen en todo México y, desde uno de sus puertos embarcan petróleo a mercados internacionales. En 1999, se tiene previsto producir en Ia Región Sur -que incluye a los estados de Tabasco, Chiapas y el sur de Veracruz- 615 mil barriles diarios de petróleo crudo, 16 mil barriles diarios de condensados y 2 067 millones de pies cúbicos diarios de gas natural, volúmenes similares a los de 1998. La densidad de las instalaciones petroleras en Tabasco y el papel estratégico de su espacio económico para Ia industria petrolera han hecho de Villahermosa un gran centro petrolero. Aquí se encuentran las sedes de Pemex Exploración y Producción, de Ia Región Sur de ese organismo y de Ia Subdirección de Producción de Pemex Gas. Las funciones directivas y gerenciales que han migrado a esta ciudad son de primera importancia, y nuestra intención es fortalecerlas y ampliarlas. Otras empresas han seguido el camino trazado por Pemex, lo que ha alentado Ia apertura de nuevas oficinas e instalaciones que les permiten interactuar más eficazmente con los centros de decisión que ya se localizan aquí. Una excelente infraestructura urbana y de comunicaciones le ha permitido absorber Ia expansión de las actividades de Ia industria petrolera. Con el apoyo y Ia orientación del Gobernador Madrazo, Pemex ha logrado establecer una nueva relación con el gobierno y Ia sociedad tabasqueña. Juntos aspiramos a un desarrollo sustentable y compartido en esta tierra y estas aguas de una belleza extraordinaria. Juntos estamos probando que sí se puede contar en Tabasco con una industria petrolera segura y confiable, y respetuosa del medio ambiente. Estamos demostrando con hechos que sí se puede lograr una relación armoniosa, solidaria y corresponsable entre esta empresa, propiedad de todos los mexicanos, y los tabasqueños. Palabras del Lic. Adrián Lajous Vargas, Director General de Pemex en Ia Quinta Reunión Anual del Sector Energía e Industria de Ia Cámara Mexicana de Ia Industria de Ia Construcción, Villahermosa, Tabasco, 16 de enero de 1999. |
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