[mnsectores/agua/plantillas/dot.htm]

Los Pinos, 24 de marzo del año 2000.

Versión estenográfica de las palabras del Presidente Ernesto Zedillo, durante la Ceremonia en la que tomó protesta al Consejo Directivo de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), en el salón Adolfo López Mateos, de la residencia oficial de Los Pinos.

(El Presidente de la República tomó protesta al Consejo Directivo de la
Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, en la siguiente forma)

-Presidente Ernesto Zedillo: Muy distinguidos miembros del Consejo Directivo de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción:

¿Protestan cumplir y hacer cumplir los principios y los estatutos de su Organización?

-Voces a Coro: ¡Sí, protesto!

-Presidente Ernesto Zedillo: Si así lo hacen, que los miembros de esta Cámara se los reconozcan; si no, que se los demanden. Les deseo mucho éxito en este siguiente año de gestión. (Aplausos)

(Luego el Presidente Ernesto Zedillo les dirigió el siguiente mensaje)

Señor ingeniero Pedro Strassburger Frías, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción;

Señores ex presidentes de esta Cámara, mejor conocido como "Búfalos", ¿verdad?;

Señoras y señores:

Es para mí muy grato reunirme una vez más con los integrantes de esta Cámara.

Me ha dado mucho gusto tomar la protesta a este Consejo Directivo, y a todos sus integrantes les deseo el mayor de los éxitos en su gestión, señaladamente a su presidente.

En especial ha sido muy satisfactorio entregar de nuevo los Premios Lieberman a las empresas que ustedes han reconocido como constructoras de obras muy destacadas de 1998.

Aprovecho también para expresar mi más amplio y sincero reconocimiento al ingeniero Lieberman, aquí presente, quien de años atrás ha venido patrocinando esta ya tradicional muestra de aprecio y de reconocimiento de los ingenieros de esta Cámara a sus colegas más destacados. Muchas gracias, señor ingeniero Lieberman. (Aplausos).

Con esas obras, como tantas otras de infraestructura para las comunicaciones y la energía; para el comercio, la industria y el riego; para la vivienda y el turismo, la salud y la educación, la recreación, el deporte y la cultura, ustedes contribuyen al esfuerzo que los mexicanos hacemos cada día para lograr una vida de bienestar y mayores satisfacciones.

Por eso ustedes cuentan con el aprecio y el reconocimiento de los mexicanos en todos los rincones del país.

La industria de la construcción ha contribuido de manera importante a que nuestra economía adquiera un nuevo dinamismo, después de que, con un gran esfuerzo de todos los sectores productivos, se superó la emergencia económica de 1995.

Como aquí lo dijo su presidente, la recuperación de la industria de la construcción no ha llegado a los niveles que todos quisiéramos. Subsisten problemas serios, algunos de ellos han sido señalados con gran claridad y objetividad por su presidente.

Sin embargo, tanto en el campo como en las ciudades se ha visto de nuevo y cada vez más activos a los ingenieros, los arquitectos, los técnicos y los obreros de la construcción, levantando nuevas viviendas, nuevas obras de infraestructura.

Entre 1996 y 1999 la industria de la construcción creció a una tasa de casi 7 por ciento anual, cerca de dos puntos porcentuales por encima del promedio alcanzado por el conjunto de las actividades productivas durante el mismo período.

Afortunadamente, en el año 2000 esta tendencia positiva se confirma, ya que en enero pasado la construcción creció 8 por ciento respecto al mismo mes de 1999.

Les aseguro que seguiremos trabajando con ustedes para que la industria de la construcción tenga el papel tan importante que le corresponde en el desarrollo de nuestro país, y pueda competir con éxito en la economía global. Con este propósito, analizaremos con todo cuidado las propuestas que aquí mencionó su presidente.

La única condición es el no recurrir de nuevo al proteccionismo ni al paternalismo, ni mucho menos pretender recapitalizar al sector con cargo a obras públicas indebidamente onerosas para el Erario Público, como desgraciadamente ocurrió en ocasiones anteriores.

Estoy convencido de que en el futuro inmediato el dinamismo de la construcción será creciente, pues las perspectivas económicas de México son alentadoras.

Gracias al esfuerzo de todos, en este año 2000 cumpliremos cinco de crecimiento continuo del Producto Interno Bruto, a una tasa anual de 5 por ciento en promedio, la más alta para un período similar en las últimas dos décadas.

Hoy tenemos las mejores condiciones en 25 años para que el próximo Gobierno de México no deba enfrentar una nueva crisis sexenal, para que el crecimiento, la creación de empleos y la promoción del bienestar social puedan continuar por mucho tiempo más.

Esto demuestra que los mexicanos no nos equivocamos al confiar en nuestra capacidad para superar la emergencia y comenzar una nueva etapa de crecimiento de la economía.

Demuestra que fue acertado mantener una estricta disciplina en el gasto público y en la política monetaria.

Demuestra que fue acertado intensificar y profundizar el cambio estructural de la economía.

Gracias al cambio estructural se han dinamizado notablemente las inversiones privadas en áreas de infraestructura que antes estaban reservadas al Estado, que ya no tenía capacidad para invertir sanamente en ellas en la cantidad que se requería.

Gracias a la apertura comercial, que ha sido parte fundamental del cambio estructural, el comercio exterior se ha multiplicado y diversificado como nunca antes.

La nueva participación de México en la economía mundial fue esencial para superar la emergencia y sigue siéndolo en el nuevo dinamismo de nuestra economía.

En los últimos cinco años se han más que duplicado las exportaciones de México, lo que ha significado más empleos, mejor pagados, y un fuerte impulso al crecimiento de la economía.

El aumento de las exportaciones sólo puede provenir del incremento en las actividades productivas y comerciales, que a su vez exigen la renovación y la ampliación de la infraestructura productiva.

El desafío de responder con eficacia a una más amplia vinculación con los mercados mundiales exige más y mejores caminos, carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos; más capacidad para generar energía; nuevas plantas productivas. Es decir, nuevamente, más infraestructura.

Casi está de más decir que el mayor comercio con el exterior y las mayores inversiones provenientes de fuera, fortalecen también el mercado interno y generan más inversiones nacionales.

De esta forma se está generando un círculo virtuoso donde más inversiones, mayor capacidad productiva y más comercio interno y externo, se traducen en más y mejores empleos y más y mejor infraestructura, que a su vez propician mayores inversiones.

Por eso para mí ha sido profundamente satisfactorio haber estado ayer en Portugal --de donde regresé hace apenas unas horas--, y haber firmado la Declaración de Lisboa sobre la nueva asociación entre la Unión Europea y México.

Quiero decirles que como mexicano me sentí orgulloso por el interés y la satisfacción que expresaron abiertamente los 15 Jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea por la conclusión de las negociaciones para un tratado de libre comercio con nuestro país y por la decisión de que entre en vigor a partir del primero de julio.

El acuerdo con México es el más amplio que haya firmado la Unión Europea con cualquier otro país fuera de su región de influencia y es el primero de libre comercio de la Unión Europea con un país de nuestra América.

Este acuerdo ha sido posible porque compartimos con Europa el aprecio por las libertades individuales y la democracia, el respeto a los derechos humanos y su defensa, y la protección del medio ambiente.

Con ninguna otra región del mundo nos unen lazos tan fuertes de historia y cultura como los que mantenemos con Europa.

Ahora 15 naciones del viejo continente entran al siglo XXI unidas en un mercado común, con una moneda común e instituciones políticas comunes.

Con la entrada en vigor del nuevo tratado con la Unión Europea, así como del que recientemente suscribimos con Israel, México tendrá una posición fortalecida y única en la economía mundial.

Nuestro país será el único con acuerdos de libre comercio con los dos mercados más grandes del mundo, América del Norte y Europa, así como con seis países hermanos de América Latina y uno, muy importante, del Medio Oriente.

La Unión Europea es nuestro segundo socio comercial y la segunda fuente de inversiones para México.

Sin embargo, desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, el crecimiento de las inversiones y del comercio con los países europeos ha sido bastante menor que con nuestros socios norteamericanos.

Con buen fundamento podemos esperar que con el acuerdo que entrará en vigor el primero de julio empezará a revertirse esta tendencia y Europa tenderá a recuperar la posición tan importante que ha tenido históricamente para México.

De este modo tendremos una relación económica más equilibrada en nuestras relaciones con todas las regiones del mundo.

Con ello ganamos en soberanía, en oportunidades para los productos mexicanos y en posibilidades para beneficiarnos con tecnologías de vanguardia y ambientalmente limpias.

Ganamos también en certidumbre, porque el tratado es congruente con el propósito de contar con reglas claras para el intercambio comercial y de inversiones, y con instrumentos eficaces para la solución de controversias.

Una vez que el tratado con Europa esté en vigencia, más de 90 por ciento de las exportaciones de México tendrán acceso preferente a los mercados a los que se dirigen.

En la Declaración de Lisboa nos congratulamos de que esta decisión haya coincidido con la Cumbre del Consejo Europeo dedicada al empleo.

Por experiencia, los países de la Unión Europea y más recientemente México, sabemos que el comercio internacional es uno de los medios más eficaces, acaso el más dinámico, para promover el crecimiento económico y la creación de empleos.

En este sentido, fue también muy grato que en la Declaración de Lisboa haya quedado asentado el compromiso de la Unión Europea y de México para impulsar una mayor liberalización del comercio mundial.

México y la Unión Europea apoyamos el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones multilaterales integrales, es decir, que incluyan todos los sectores, en el marco de la Organización Mundial de Comercio.

Como quedó expresado en la Declaración, esa nueva ronda permitiría que el comercio internacional fortalezca su papel como factor de crecimiento económico que contribuya a la lucha contra la pobreza y a la elevación del nivel de vida de los pueblos.

Porque esto es lo que más nos importa: que el comercio exterior y el crecimiento de la economía sirvan para que cada vez más mexicanos y mexicanas tengan empleos bien remunerados.

Que el Estado tenga cada vez más recursos para impulsar más educación con más calidad; más servicios de salud con más calidad; la construcción de más y mejores carreteras y caminos; de más viviendas de interés social en el campo y en las ciudades; programas cada vez mejores para impulsar la productividad agropecuaria y mejores condiciones de vida para las familias campesinas, programas cada vez más efectivos de combate a la pobreza.

Por todo ello insistiremos en lograr más acuerdos de libre comercio e inversión con más países, muy señaladamente con nuestros hermanos de América Latina.

El comercio internacional debe tener, invariablemente, un respaldo eficaz en una política que siga propiciando condiciones sanas para el crecimiento de la economía.

Perseveraremos en el camino que nos ha dado y nos sigue dando buenos resultados, para que México siga adelante, sin nuevas frustraciones ni retrocesos, hacia la prosperidad y el bienestar que todos anhelamos.

Sé que en la realización de las tareas y en el cumplimiento de las metas que nos hemos propuesto, México cuenta con los inversionistas, los empresarios, los técnicos y los trabajadores de la construcción.

Trabajando unidos, compartiendo propuestas y esfuerzos, sabremos seguir edificando juntos las bases sólidas que debe tener el desarrollo con justicia y oportunidades que merece cada mexicano, cada mexicana.

Muchas gracias.