Mérida, Yuc., a 16 de marzo de 2001.
Transcripción del mensaje del
Doctor Eduardo Sojo Garza Aldape, representante del Presidente de la República, Vicente
Fox Quesada, durante la Clausura del 23 Congreso Mexicano de la Industria de la
Construcción.
Muy buenas tardes a todas y a
todos; señor gobernador; señores presidentes entrante y saliente de la Cámara Mexicana
de la Industria de la Construcción; señor presidente del Consejo Coordinador
Empresarial; amigas y amigos del presidium; amigas y amigos de la industria:
Es un gusto estar aquí, pero no es un gusto que borde en el vacío; es un gusto que tiene
un claro sustento: me toca representar a un Presidente que sabe lo que significa construir
a México.
Me toca estar en una reunión de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción
con la que hemos compartido trabajo, con la que hemos compartido ideas, con la que hemos
compartido estrategias como ya lo mencionaba nuestro amigo Pedro-, y nos toca estar
nuevamente en Mérida. Nos toca estar en este bello estado de Yucatán.
El 2 de julio, la voluntad de las mexicanas y los mexicanos decidió que el país tomara
un nuevo rumbo. Muchas y muy diversas son las expectativas que animan a la sociedad.
Los mexicanos aspiramos a tener un México competitivo y con visión global; un México
con conciencia ambiental y oportunidades para todos; un México de democracia y libertad;
un México con libertad y con valores. Pero también un México con infraestructura de
clase mundial y un México que de a todos la oportunidad de tener una vivienda digna.
Al cumplirse 100 días de este gobierno, hemos avanzado en sentar las bases para darle
forma a los cambios que el país requiere.
Desde el 1° de diciembre se han dado los primeros pasos para poner el país al día en
materia de crecimiento con calidad. En estos 100 días se presentó un presupuesto
responsable y se logró el consenso de todas las fracciones parlamentarias; en materia de
finanzas públicas, que a nadie le quede duda, seremos disciplinados. Estamos convencidos
que el gobierno tiene que poner su parte para disminuir la tasa de interés, para
disminuir la inflación y generar las condiciones que nos permitan tener financiamientos
de largo plazo tan importantes para la industria de la construcción, como ya lo comentaba
hace un momento nuestro amigo Enrique.
En estos 100 días se ha adecuado la estructura de gobierno para atender las demandas que
ustedes nos plantearon. Se creó una Subsecretaría de Asuntos Económicos en la
Secretaría de Relaciones Exteriores, para aprovechar todo ese talento de mujeres y
hombres mexicanas que tenemos por el mundo; se creo la Subsecretaría de la Pequeña y
Mediana Empresa para asegurar que los esfuerzos de las distintas dependencias del gobierno
estén alineados y respondan a las necesidades de los sectores productivos.
Se están modernizando las empresas públicas y se inició la reestructuración de la
Junta de Conciliación y Arbitraje.
En estos 100 días se han iniciado programas específicos para responder a los principales
problemas de la sociedad: la atención a las 250 micro regiones... (TERMINACIÓN DE
CASETE)
... y que ahora van a recibir el equivalente a una hectárea.
El adelanto de los recursos de Procampo para todos aquellos productores que tienen menos
de cinco hectáreas y que son el 87 por ciento del Procampo, y que significa para muchos
de ellos un ahorro del 40 por ciento. Antes tenían que pedir prestado con la garantía
del Procampo para poder sembrar; ahora lo van a tener por adelantado.
La reducción de costos del 30 por ciento de los giros que mandan los mexicanos que se
encuentran en los Estados Unidos. La instalación de telecentros en comunidades alejadas;
el compromiso por los empleos en el sur, representan testimonios claros del compromiso de
la presente administración por crecer, pero crecer con calidad.
En estos 100 días, se ha impulsado también una nueva forma de planear y hacer desarrollo
regional. El Plan Puebla-Panamá y los planes regionales que hagamos junto con todos los
estados de la República permitirá a esta industria, a la industria de la construcción,
visualizar los proyectos que serán emprendidos y promovidos en cada región del país.
Pero no nos engañemos; poner el país al día, va a requerir muchos mayores esfuerzos.
Poner el país al día en materia económica, requiere impulsar reformas en sectores clave
de la economía; requiere impulsar la reforma hacendaria, la reforma al sector energía
eléctrica, la reforma laboral, la reforma financiera por señalar sólo algunas de
ellas.
Poner el país al día en materia económica, implica abatir el déficit fiscal, tener
superávit fiscal en finanzas públicas; implica lograr una inflación similar a nuestros
socios comerciales, incrementar el ahorro interno, detener el deterioro ambiental y seguir
una trayectoria de desarrollo regional más equilibrada.
Tener una industria de construcción al día, como ustedes y nosotros la deseamos, demanda
recursos fiscales para invertir en la obra pública necesaria; demanda contar con
financiamientos competitivos en costo y plazo, capitalizar las empresas y demanda
como bien se señaló hace un momento en este mismo lugar- un sistema de
contratación eficiente, por parte de nosotros, por parte del gobierno, por parte de las
empresas públicas.
Y la pregunta es: para lograr poner el país al día y para lograr poner la industria de
la construcción al día, ¿qué tipo de gobierno necesitamos?
La respuesta es muy sencilla: un gobierno de clase mundial; un gobierno que se conduzca
por estrictos códigos de ética y valores morales; un gobierno que rinda cuentas; un
gobierno profundamente respetuoso del pacto federal; un gobierno en el que ya no sean las
personas, sino las leyes y las instituciones las que determinen las respuestas; un
gobierno libre de corrupción, intereses y privilegios; un gobierno que haga eficiente las
estructuras existentes; un gobierno donde la sociedad participe intensa, constante y
eficazmente; un gobierno donde la industria de la construcción participe.
No nos dejen irnos por la libre; no nos dejen perder el rumbo. Continuemos, Leandro, con
la comunicación que hemos tenido con la Cámara; márquenos el rumbo, acérquense a
nosotros, no nos dejen perder este gran diálogo con el que contamos.
Bienvenida la palabra de la que hablabas, Leandro. Tendrás oídos prestos para escuchar
tus propuestas.
Necesitamos un gobierno estratégico; un gobierno ágil y flexible; un gobierno abierto y
transparente; un gobierno federalista; un gobierno que demuestre con datos y cifras
transparentes, los avances respecto a la solución inicial. Que ustedes sepan cuántos
kilómetros vamos a construir, cuántas carreteras, cuántos puertos, cuántos
aeropuertos, cuántas escuelas, cuántos hospitales y que ustedes mismos puedan pedirnos
cuentas, si no cumplimos la tarea.
Un gobierno que demuestre una clara voluntad de lograr convergencias; un gobierno del
Siglo XXI, que tome ventajas de los cambios en la sociedad del conocimiento; un gobierno
que como se señaló hace un momento- que incorpore los valores ecológicos; que
adopte el Producto Interno Bruto ecológico, como un indicador de cómo vamos en materia
económica.
Un gobierno, en síntesis, que se ponga al día y que ajuste su reloj a los nuevos
tiempos. ¿Es esto imposible? Por su puesto que no; ¿es esto pedir demasiado?, por
supuesto que no.
Estas son las características de los gobiernos exitosos en el mundo y es lo mínimo que
tenemos que exigirnos a nosotros, para estar a la altura de lo que ustedes demandan.
Después de todo, poner el país al día y la industria de la construcción al día,
requiere ciertamente de un gobierno diferente.
El programa económico de la presente administración busca poner el país al día y
responder a las necesidades de un mundo global, de una población joven y de una sociedad
con graves contrastes. Se trata de un programa que incluye un compromiso verdadero con las
variables fundamentales de la economía, pero que asume como premisa fundamental que para
que la economía funcione, no sólo los fundamentales de la economía tienen que estar en
orden; también tienen que estar en orden las variables fundamentales de una sociedad
justa y humana.
Se trata de un programa ortodoxo en la búsqueda del crecimiento y la calidad, pero
heterodoxo en la búsqueda de la equidad; ortodoxo en materia económica, pero socialmente
solidario y comprometido.
Queremos crecer, pero crecer con calidad, con calidad humana y con calidad ambiental;
crecer sin distribuir no es sostenible ni humano; crecer a costa del medio ambiente no es
sustentable ni honesto con las siguientes generaciones.
Sobre la base de la democracia, la libertad y la solidaridad construiremos puentes que nos
lleven a un futuro compartido, puentes entre la vanguardia y la retaguardia; puentes entre
la tradición y la modernidad; puentes entre la vieja y la nueva economía. Puentes para
que los excluidos del desarrollo se incorporen a un proceso al que tienen pleno derecho;
puentes de alta velocidad para llegar más rápido, pero puentes amplios para que quepan
todos los que hasta ahora han sido excluidos.
Amigas y amigos:
Para poder lograr, ahora podemos lograr que gobierno y sociedad caminemos juntos para
hacer el México exitoso y triunfador que todos soñamos.
Ahora podemos formar un gran equipo de trabajo con los gobernadores y los presidentes
municipales de todos los partidos políticos; ahora podemos construir relaciones de mayor
visión y de largo plazo con nuestros vecinos del norte y del sur; ahora podemos formar
también una gran alianza con la industria de la construcción.
Ustedes saben que las grandes cosas en la vida no se hacen con un impulso, sino por una
serie de esfuerzos; que el éxito no es un resultado aleatorio o de la suerte, sino
producto de la dedicación y el trabajo, de tener un objetivo claro y de luchar por él.
Por ello los convoco a sumarse a la invitación que nos ha hecho el Presidente Fox para
trabajar con decisión, valor y coraje, para hacer de México la próxima historia
de nuestro tiempos.
Todos sabemos que la industria de la construcción es uno de los pilares fundamentales
para el desarrollo económico y social de un país. México espera mucho de sus
constructores; el gobierno federal espera mucho de la industria de la construcción. Pero
sepan que en esto no están solos; al enfrentar este reto, tengan ustedes la seguridad de
que el gobierno de México, su gobierno, hará su parte.
Lo que hemos alcanzado a lo largo de estos 100 días no es patrimonio del gobierno, sino
logro de toda una sociedad que se ha puesto en marcha y que ha asumido el compromiso de
ser mejor cada día.
El cambio es posible y esperanzador, pero tenemos que acelerar el paso. Estoy convencido
que los mejores tiempos de México están por venir, pero no vendrán solos. Trabajemos
juntos para construir un México de vanguardia económica y elevado desarrollo humano,
donde se pueda vivir en paz y la democracia se traduzca en oportunidades para todas y para
todos de vivir una vida digna.
Muchas gracias.
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