En septiembre de 2015 los 193 países que integran la Asamblea de las Naciones Unidas, entre ellos México, aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos (ODS); consensuando la necesidad de adoptar un paradigma de desarrollo que combata la desigualdad y la destrucción del medio ambiente reconociendo el papel central de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres para lograr estos fines.
La Agenda 2030 reafirma la tendencia que ya había sido inaugurada por instrumentos como el Consenso de Santo Domingo la Plataforma de Acción de Beijingy la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), que ponen de relieve la obligación que tienen los estados para establecer compromisos para la igualdad de género transversalizando la perspectiva de genero y eliminando todas las formas de discriminación contra la mujer.
La incorporación de la perspectiva de género (PEG) resulta un componente central en la planeación y desarrollo de obra pública dada, que su metodología permite identificar, cuestionar y valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres, que pretende justificarse y perpetuarse sobre bases biologicistas.
La conformación del espacio urbano con perspectiva de género, incide de forma diferenciada en todos los ámbitos y, en el caso de las mujeres, se traduce en la construcción de ciudades amigables con espacios inclusivos, susceptibles de ser transitados de forma más eficiente y sobre todo, más segura.
Si entendemos por obra pública todos los trabajos o acciones que el Estado realiza para el bienestar
común, y que de el lo deriva la planeación y construcción de equipamientos, así como la intervención y el diseño de espacios públicos y de infraestructura, podemos afirmar que, en el proceso de planeación, diseño y ejecución con perspectiva de género, contribuye a relaciones de género igualitarias y refuerza dinámicas sociales más integradoras e inclusivas.
La obra pública es un componente esencial en la conformación del espacio público, por lo que su adecuada planeación,
diseño y ejecución deben incidir de manera positiva en las formas en que este es transitado por las mujeres. A mayores condiciones de seguridad e inclusión las mujeres amplían sus condiciones de autonomía y empoderamiento y transitan de manera frontal hacia la igualdad sustantiva y al ejercicio pleno de su ciudadanía.
Hoy, como nunca antes, el estado de Querétaro debe enfrentar el reto que el dinamismo del crecimiento urbano le significa. Para el año 2030, la mancha urbana del estado crecerá 18 veces su tamaño actual, es decir, 30% con respecto del 2015. Esto significa que en menos de dos décadas, las zonas metropolitanas concentrarán a la mayor parte de los habitantes.
En este sentido el Instituto Queretano de las Mujeres, con el apoyo del Programa de Fortalecimiento a la Transversalidad de la Perspectiva de Género, realizó el Manual de Incorporación de la Perspectiva de Género en la Obra Pública.
Este manual tiene como objetivo contribuir en la planificación y proyección de desarrollo urbano y obras públicas incluyentes, que reconozcan e incorporen la perspectiva de género y enfoque de Derechos Humanos a fin de construir entornos seguros y en condiciones de igualdad sustantiva entre hombres y mujeres. Este manual contiene los criterios mínimos a seguir en el diagnostico, planeacion, programación, diseño e intervención de espacios para la construcción de obra pública con perspectiva de género.
