Sin embargo, hay varios retos que son necesarios atender en infraestructura, conectividad, seguridad y de acceso a servicios como agua y energía.
El nearshoring consiste en mudar las fábricas del país de origen a uno cercano en el que todo sea más barato: el salario de los obreros, la electricidad y los combustibles, los insumos y hasta los impuestos.
El fabricante de autos alemán BMW anunció una inversión de US$870 millones en los próximos tres años, la mayor parte destinada a la construcción de un centro de producción de baterías eléctricas en su planta de San Luis Potosí.
Y es que uno de los sectores que está liderando el nearshoring es el automotriz.
Hay compañías españolas, suizas, alemanas, estadounidenses y de otras partes del mundo que, en muchos casos, continúan funcionando en la región asiática, pero al mismo tiempo, están relocalizando o ampliando su manufactura en México para vender en el mercado de EE.UU.
El anuncio de inversión de Tesla en Nuevo León es un ejemplo visible del papel determinante que juega la proveeduría local en la toma de decisiones de los ejecutivos de empresas globales.
Más allá de los parques industriales, el gobierno necesitará inyectar recursos de manera consistente, durante varios años, para mejorar infraestructura crítica y ofrecer seguridad, energía y certeza jurídica.
Como demuestran las inversiones en el norte del país, es fundamental que regiones del centro y sur se enfoquen en el fortalecimiento de las PyMEs; construir redes de suministro local, hubs industriales y tecnológicos. Es un factor elemental para la atracción de inversiones.
Hasta ahora, el gobierno mexicano no cuenta con una radiografía a nivel nacional sobre la magnitud y los efectos del nearshoring en el país.
Lo que está disponible es la información parcial que maneja cada estado y los diferentes gremios empresariales.
Tanto para las grandes empresas como para las medianas, uno de los mayores obstáculos para instalar su manufactura en México es la falta de energía que permita asegurar sus operaciones.
En ciertas zonas ha habido problemas de escasez de agua que afectan a las comunidades que viven alrededor de los polos industriales, otro desafío que puede transformarse en un gran obstáculo para el desarrollo de los negocios.
Pese a los inconvenientes, muchos inversores y empresarios siguen confiados en que el nearshoring a México no será una tendencia pasajera.