
Posterior a Santa Fe se construye la estación Vasco de Quiroga, la última antes de llegar a la terminal.
Contrario a dicha declaración, en febrero pasado, durante un recorrido de prueba en la zona y a bordo de un tren, el presidente Andrés Manuel López Obrador, compartió un video: Necesitamos terminar la obra antes de que concluya nuestro mandato (58 km de Zinacantepec a Observatorio, que se recorrerán en 39 minutos).
Uno de sus acompañantes ese día, el titular de la SICT, Jorge Nuño, apuntó que el proyecto estaría terminado en agosto, para conectar el Estado de México y la Ciudad de México.
Posteriormente, la realidad se ha impuesto y, pese a diversas complejidades que ha tenido la obra en los últimos meses, como la construcción de un viaducto atirantado en la zona de la Ciudad de México (luego de la estación Santa Fe), el cual es un reto técnico a más de 50 metros de altura, en donde se están colocando los tirantes de acero), en la SICT reiteraron ayer por la tarde a El Economista que se trabaja para que la terminación de toda la obra sea en agosto.
Sin embargo, entre las complicaciones de la obra que fue heredada por la pasada administración federal con un avance del 55%, como refirió Gómez Parra, está la liberación del derecho de vía, que desde su perspectiva es un dolor de cabeza en todo el país y condiciona la ejecución de obras de infraestructura. En este caso, ha influido en la ampliación del plazo de ejecución del tren, que originalmente se inauguraría en el 2017.
El titular de Desarrollo Ferroviario y Multimodal comentó a integrantes del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) que el costo del tren será del orden de los 100,000 millones de pesos (en el 2013 cuando se registró ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, rondaba los 38,000 millones de pesos).
No obstante, en marzo pasado se actualizó el análisis costo beneficio y su monto se ubicó en los 122,982 millones de pesos.