
A la fecha, México ocupa el número 11 del mundo en cuanto al porcentaje de kilómetros de vía por territorio, y el número 15 por el número de pasajeros por habitante; pero fue la construcción del Tren Maya lo que dio impulso a estas cifras. El principal responsable de la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) general Ricardo Vallejo en calidad de comandante de los ingenieros militares-- fue designado para dirigir la construcción de las nuevas vías de pasajeros, empezando por los ramales del AIFA-Pachuca y del AIFA a la estación de Buenavista, en la Ciudad de México.
Durante la presidencia de AMLO (2018-2024) el gobierno concesionó la construcción de la obra AIFA-Pachuca a la empresa CAF, que después de varios años no pudo avanzar más que un 60%. El nuevo gobierno revocó esa concesión y asignó a los ingenieros militares la tarea de terminarla. El general Vallejo está solicitando al gobierno federal otorgue al proyecto la cobertura política y social necesaria para continuar las obras, y resuelva los asuntos que plantean varias organizaciones sociales, que tomaron varios tramos.
Los sistemas de vías férreas van a seguir creciendo tanto hacia el sur como rumbo al norte del país; en la región sur-sureste del país, proseguirán las ampliaciones de las líneas del Ferrocarril Transístmico: la línea FA conectará en breve tiempo el mencionado ferrocarril con el Tren Maya, a través de la ruta de Coatzacoalcos a la estación de Palenque, en el estado de Chiapas. También conectará los productos petrolíferos generados por la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, con los mercados de Campeche y Yucatán, y abastecerá directamente esas regiones. Y por la costa del Pacífico, la línea K conectará Salina Cruz con Ciudad Hidalgo, Chiapas, para continuar después hacia la frontera con Guatemala. Estas obras tienen importancia estratégica para el desarrollo económico del sur-sureste del país.
Respecto a los trenes que correrán hacia el norte del país, a partir de la ciudad de México se construirá la vía troncal esencial para desplegar las demás vías férreas del país. La línea principal correrá de la capital del país a Querétaro. En esta estación, el sistema se bifurcará, y las vías correrán en distintas direcciones. Una llegará a San Luis Potosí, para continuar a Matehuala, Saltillo hasta Monterrey, y luego a la frontera noreste, hacia Nuevo Laredo, en la llamada frontera chica.
Las nuevas construcciones serán realizadas por compañías mexicanas con experiencia en el ramo, para lo cual ya se han realizado los trabajos iniciales para licitar la construcción de diversos ramales. Asimismo, se han realizado reuniones con autoridades estatales y municipales, con el fin de conseguir la más amplia participación de todos los sectores en este esfuerzo. El proyecto incluye la construcción de más de 3 mil kilómetros de nuevas vías, que serán utilizadas para el servicio de pasajeros rumbo a todos los confines del país.
A partir de la capital queretana, hay el proyecto de construir una línea que conectará con Irapuato, seguirá por las ciudades del Bajío (Salamanca, Silao, León y Aguascalientes) hasta llegar a Torreón y continuar hacia Jiménez, Delicias, Chihuahua y Ciudad Juárez, el destino de la frontera norte del país
A su vez, en Irapuato conectará con líneas procedentes de la costa occidental del país, específicamente de Sinaloa, de manera que se vaya concretando el antiguo proyecto de construir líneas férreas que conecten directamente la costa del Pacífico con la del Golfo de México, es decir, que salga de Mazatlán con rumbo oriente, pasando por el centro del país, en Irapuato, y a partir de ahí pueda conectar con San Luis Potosí y llegar a los puertos del Golfo (Tuxpan, Tampico, etc.).
En este momento, solo el ferrocarril del Istmo conecta las dos costas del país, la del Pacífico con el Atlántico (Salina Cruz con Coatzacoalcos). No hay ninguna otra. Por ejemplo: una familia mexicana que quiera viajar de Nuevo Laredo a Mexicali, no lo puede hacer por suelo mexicano. Tendría que cruzar a EU, y viajar por ferrocarril o carretera que la lleve a Caléxico, en California, y de ahí reingresar a México.
Hay varias razones geográficas e históricas por las que nuestro país llegó a esta situación: los primeros ferrocarriles fueron construidos durante el gobierno de Porfirio Díaz, y fueron financiados por capital inglés y de EU. Se diseñaron y construyeron por razones comerciales, no por el interés nacional. Su objetivo era vender productos de esos países en México, y transportar las mercancías mexicanas (especialmente metales y productos agrícolas) a los mercados de América del Norte. Solo el ferrocarril de México a Veracruz (El Mexicano) fue construido tomando en cuenta los intereses nacionales.
Volvamos al tema actual: a partir de la estación de Querétaro, se proyecta la salida de un tren con destino a Guadalajara, que correrá por la costa occidental rumbo a Tepic, y luego a Culiacán, Guaymas y Hermosillo, para terminar en Nogales, frontera de Sonora con Arizona, en la franja fronteriza del noroeste.
La construcción de los tramos mencionados será financiada con la aportación de unos 7 mil 500 millones de pesos del gobierno federal. El diseño de las diferentes líneas férreas incluye tramos alimentados con energía mixta, diésel y electricidad. Además, se construirán diversos libramientos en las estaciones, ya que algunos trenes prestarán servicio de carga y otros funcionarán como vías interurbanas, con varias estaciones intermedias.
Los libramientos y estructuras elevadas en algunas ciudades a lo largo del recorrido, son necesarias para dar paso libre a los trenes de alta velocidad, que conectarán ciudades ubicadas a grandes distancias. Estos servicios darán comodidad y seguridad tanto a los pasajeros del transporte interurbano como a los del foráneo.
El servicio de pasajeros por ferrocarril aportará muchos beneficios tanto a los ciudadanos como al medio ambiente. En primer lugar, será un transporte más rápido y económico que por carretera. Y por otro lado, usarán energías limpias, o híbridas, contribuyendo de esta manera a luchar por la conservación del entorno ecológico, una de las metas de la administración federal actual.