
López Obrador dijo que se atiende el tema en coordinación con el gobierno de la Ciudad de México, el Edomex y Conagua.
Ejemplificó que, en Acapulco al atender el problema de desabasto tras el impacto del huracán Otis se detectó que había muchos pozos que no estaban funcionando debido a que las bombas estaban descompuestas, pero luego del trabajo de rehabilitación ya hay más agua y no se ha tenido la necesidad de perforar nuevos pozos.
De acuerdo con el mandatario, el plan de rehabilitar pozos se está replicando en CDMX, a ello se suma la perforación de nuevos pozos para atender el desabasto en un corto plazo y que no falte agua ni en la ciudad ni en el Edomex.
Asimismo, destacó la importancia de orientar el desarrollo urbano hacia zonas con acceso suficiente a agua, como parte de una estrategia a largo plazo para garantizar el suministro de agua.
También mencionó la necesidad de invertir en la modernización de la infraestructura de distribución de agua para reducir las fugas en las líneas de conducción y mejorar el abastecimiento en áreas urbanas.
López Obrador dijo que es viable perforar pozos en la zona del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y buscarán traer agua de Hidalgo a través de un acuerdo.
El mandatario aseguró que el asunto de agua se quiere politizar.
No puedo omitirlo, hasta Calderón que está en España está hablando de la escasez de agua, porque ya están queriendo politizar el asunto, lo quieren agarrar de bandera, dijo.
El año comenzó con sequías en 61.5% de municipios del país, situación que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) enfrenta con un recorte del 13% del presupuesto, en comparación con el que se le asignó para 2023, lo que implica una reducción de 9 mil 98 millones de pesos reales, de acuerdo con un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Los programas a los que se quitó más presupuesto corresponden a la infraestructura de agua potable, alcantarillado y saneamiento (-47.7%); infraestructura para la protección de centros de población y áreas productivas (-36.8%); así como el de agua potable, drenaje y tratamiento (-27.3%).
De acuerdo con datos del Banco Mundial, en el país la disponibilidad promedio anual per cápita pasó de 10 mil metros cúbicos (m3) en 1960 a 4 mil en 2012. Se estima que para 2030, esta disponibilidad en México descienda debajo de los 3 mil m3 por habitante al año.
El IMCO señaló que para garantizar la demanda futura, el Estado mexicano requiere actualizar los marcos legales y regulatorios que rigen el manejo del agua, así como modernizar la infraestructura hidráulica del país.
Para ello, planteó que es necesario tomar en consideración el aumento poblacional, el crecimiento de la mancha urbana, la evolución de las sequías, así como la variación en las precipitaciones.
En su estudio Situación del agua en México, el IMCO plantea mejorar el monitoreo del uso del agua, desarrollar proyectos climáticos en el sector ganadero y agricultor, evaluar y actualizar la delimitación de los acuíferos, e invertir en modernización y conservación de infraestructura.