
El director de Investigación Clínica de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) explicó que el país capta alrededor de 200 millones de dólares al año en investigación clínica, pero ante los largos tiempos de aprobación de protocolos que pueden tardar hasta más de 12 meses han limitado su atractivo para atraer más inversión.
En contraste, países como Argentina aprueban protocolos entre 45 y 50 días, lo que incrementa su competitividad.
México ahí tiene retos para avanzar en investigación clínica& El plan de alcanzar 2,000 millones de dólares es posible lograr y para eso se requiere que haya procesos e infraestructura adecuada, procesos regulatorios eficientes y los proyectos de investigación aprobados en tiempo y forma de acuerdo a los cánones internacionales, explicó en entrevista.
Esperaría que en los próximos dos o tres años ya tengamos muy buenas noticias para que hayamos superado lo que hemos hecho hasta el momento y nuevamente ser los líderes en investigación clínica en la región, confió el doctor.
Para recobrar el atractivo es fundamental modernizar y fortalecer la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), consideró.
Subrayó que la autoridad regulatoria sanitaria ha mostrado disposición para implementar acuerdos de simplificación administrativa y equivalencia en la aprobación de protocolos, los cuales podrían reducir los tiempos a 40 o 45 días.
Estos cambios, que entrarán en vigor a finales de mayo o principios de junio de 2025, buscan agilizar los procesos sin comprometer la seguridad de los pacientes.
Hemos visto una gran disposición de la Secretaría de Salud y de la Cofepris donde han salido algunos acuerdos que están en camino y esperamos que esto ayude a que los procesos administrativos sean mucho más eficientes y rápidos, sin menoscabo de la integridad de la seguridad de los pacientes, añadió.
Con la inversión actual, reconoció Tanaka, es difícil ampliar la infraestructura y fortalecer la capacitación del personal dedicado a la investigación clínica. Además, destacó que los comités de ética en investigación deben estar completamente involucrados y funcionar de manera eficiente para garantizar la calidad de la revisión de protocolos.
Potencial económico y científico En México, actualmente se realizan alrededor de 500 protocolos de investigación clínica al año, y esta cifra sigue creciendo. El objetivo es aumentar esta cantidad diez veces en los próximos años.
En el último año, Argentina ya nos superó. El primer lugar lo ocupa Brasil, en cuanto al número de protocolos que están llevando a cabo en relación a México, y eso implica que la inversión también sea mayor en esos dos países, agregó.
Jorge Tanaka subrayó que México tiene un gran potencial para continuar avanzando en investigaciones sobre áreas terapéuticas, como obesidad, enfermedades cardíacas, oncología, así como en el tratamiento de enfermedades raras.
Desde el punto de vista económico, la investigación clínica ofrece un retorno importante. Por cada peso invertido en este sector, se genera un retorno de 1.64 pesos.
Además, tiene un impacto en la creación de empleos: por cada puesto directo en investigación clínica, se generan cuatro empleos indirectos. Ello facilita el acceso más rápido a terapias innovadoras en los sectores público y privado.
En el Día de la Investigación Clínica, que se celebra el 20 de mayo, el doctor Jorge Tanaka recordó la importancia de este campo para el desarrollo de nuevos medicamentos y terapias que mejoran la calidad de vida de millones de personas en el mundo.
Agregó que si bien aporta al avance de la ciencia médica, también supone una inversión estratégica por parte de la industria farmacéutica.
La industria farmacéutica invierte alrededor del 30% de sus ventas en la materia cada año, en promedio&. A nivel global se invierte más de 140,000 millones de dólares, expuso.
Desarrollar un nuevo medicamento es un proceso complejo. Desde que se identifica una molécula prometedora hasta que esta llega al mercado, pueden pasar entre 10 y 15 años de investigaciones, pruebas clínicas y procesos regulatorios.
No solo se trata de encontrar eficacia, sino de garantizar que los tratamientos sean seguros para los pacientes, explicó el doctor. La investigación clínica ayuda a que los sistemas de salud, tanto públicos como privados, cuenten más rápidamente tratamientos innovadores, añadió.