
Si las políticas y las tendencias tecnológicas actuales continúan; el consumo mundial de energía y las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con dicho consumo aumentarán hasta 2050 como resultado del crecimiento económico y de la población.
Las energías renovables serán la fuente principal para la nueva generación de electricidad, pero se utilizarán gas natural; carbón; y baterías para ayudar a satisfacer la demanda y respaldar la confiabilidad de la red.
La producción de petróleo y gas natural seguirá creciendo, principalmente para respaldar un mayor consumo de energía en las economías asiáticas en desarrollo.
El estudio señala que para 2050, el uso global de energía aumentará casi un 50%; impulsado por el crecimiento económico y la población no pertenecientes a la OCDE. Interesa el dato que los combustibles líquidos siguen siendo la mayor fuente de energía; aunque destaca que el uso de energías renovables crece hasta el mismo nivel que los anteriores.
Energía eléctrica crecerá
En el sector de la energía eléctrica, la generación de renovables también crecerá; y lo hará de manera significativa, con el apoyo de fuentes no intermitentes; las cuales están respaldadas por diferentes tecnologías, según los recursos disponibles en cada región.
Por todo lo anterior, el crecimiento estimado del consumo guarda una directa correlación con el crecimiento económico estimado; este se dará principalmente en los países asiáticos no pertenecientes a la OCDE.
Cobra relevancia el aumento de la producción en particular el próximo año para mitigar los efectos del aumento de los precios de los energéticos. De acuerdo con las previsiones contenidas en la edición más reciente del informe Commodity Markets Outlook (Perspectivas de los mercados de productos básicos) del Banco Mundial, los precios de la energía se mantendrán en niveles elevados en 2022; pero comenzarán a disminuir en la segunda mitad del año a medida que se atenúen las limitaciones de la oferta.
El alza de los precios de la energía conlleva grandes riesgos a corto plazo en materia de inflación mundial y, si se prolonga, también podría afectar el crecimiento en los países importadores de energía, afirmó Ayhan Kose, economista principal y director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial, quien se encarga de la producción del informe.
Analizando el contexto local, podemos citar un informe recientemente emitido por el FMI conocido como Capítulo IV, el cual destaca los principales riesgos económicos del país que pueden impactar directamente en las proyecciones de crecimiento y, por consiguiente, en la recuperación post pandemia. En dicho estudio, el organismo multilateral emite una clara recomendación para que el gobierno mexicano revise el plan de negocios de las empresas paraestatales y su política energética.