
En el contexto latinoamericano, México se encuentra detrás de varios países de la región. Brasil lidera en la región al ocupar el 12º lugar a nivel mundial, seguido por Costa Rica (30º), Colombia (35º), Paraguay (42º), El Salvador (46º) y Perú (47º).
La posición de México en este ranking refleja diversos factores clave. A pesar de contar con un considerable potencial en energías renovables como la solar y la eólica, y disponer de recursos naturales importantes, el país enfrenta desafíos significativos en infraestructura, inversión y políticas públicas que fomenten una transición energética efectiva.
A nivel global, Suecia lidera la clasificación, seguida por Dinamarca, Finlandia, Suiza y Francia, países que han mostrado un compromiso sólido y han implementado políticas efectivas para promover la transición energética. En contraste, México necesita intensificar sus esfuerzos para mejorar su posición en futuras evaluaciones.
El informe del WEF subraya la urgencia de incrementar la inversión en energías limpias, destacando que en 2023 alcanzó un récord de 1.8 billones de dólares, un aumento del 17% respecto al año anterior. Sin embargo, las emisiones del sector energético continúan en aumento, subrayando la necesidad apremiante de acelerar la adopción de tecnologías limpias.
El WEF también alerta sobre las incertidumbres globales, la volatilidad económica, las tensiones geopolíticas y los cambios tecnológicos que están ralentizando la transición energética a nivel mundial. Estos desafíos afectan particularmente a países como México, que necesitan fortalecer su marco regulatorio y aumentar la inversión en infraestructura energética sostenible para avanzar hacia un futuro más limpio y resiliente.