Si algo, uno de los diversos efectos que tuvieron estos impactos macroeconómicos en el sector manufacturero fue concientizar a la industria en como optimizar su presupuesto energético, y con ello, impulsar y concretar su compromiso con el medio ambiente, poniendo como prioridad su enfoque en la sustentabilidad y el manejo de objetivos relacionados a ESG.
Un parteaguas crítico para el país en materia eléctrica ocurrió al inicio del segundo trimestre del año, cuando se deshechó la contra reforma energética que pretendía fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad a través de cambios a los artículos 4, 25, 27 y 28 de la Constitución Política.
Dado a que no se alcanzaron los 332 votos requeridos para aprobar dicha contra reforma, el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) obtuvo su victoria y con ello la posibilidad de continuar operando con normalidad, en conjunto con los usuarios calificados, los usuarios de servicio básico que se mantienen en CFE y que podrían calificarse, y los que están en un autoabastecimiento con deseos de migrar al MEM. Con la conclusión de dicho proceso, a mediados de abril del 2022, los participantes de mercado e industriales tuvieron la tranquilidad de que mantuvieron la facultad de seguir eligiendo al suministrador calificado que mejores condiciones y ahorros les ofrecían y consecuentemente firmar con ellos un contrato de suministro bajo este esquema.
Posterior a esto, la Secretaría de Energía publicó a inicios de junio el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2022-2036, documento que funge como el marco general de referencia respecto la planeación del sector, su expansión, la capacidad de generación, y las modernizaciones de las redes de transmisión y distribución del país, entre otros temas relacionados al sector eléctrico.