Un análisis de Finsa, el desarrollador de parques industriales que hospeda a 20 empresas proveedoras de autopartes para vehículos eléctricos (VE), asegura que la electrificación y autonomía de los automóviles es una de las principales tendencias en la industria automotriz porque impacta a todo el sector de manera diferente, comenzando por la proveeduría que debe prepararse ante las nuevas dinámicas dictadas por el segmento de VE.
En su análisis, Finsa, con datos de McKinsey, afirma que la demanda de VE viene acompañada de fuertes cambios que el sector automotriz local debe resolver, tales como la obtención de nuevas materias primas necesarias, como litio, níquel y cobalto, utilizado principalmente en las baterías.
Asimismo, el incremento en el número de proveedores que produzcan los nuevos componentes (baterías y motores eléctricos), una transformación de la producción en las instalaciones existentes para dejar de lado motores de combustión, bielas y cilindros, para adecuarse a una nueva proveeduría, y un desarrollo de una infraestructura de recarga eléctrica que siga el ritmo del número de VE en circulación.
"Ante estos nuevos retos, y con el importante historial que tiene México en la industria automotriz, el sector ya realiza un análisis de las capacidades y de los componentes con los que cuenta en relación con los nuevos requerimientos, planteando nuevas inversiones, búsqueda de espacios especializados, mantenimiento de infraestructura, desarrollo de nuevos productos y acercamiento con los clientes", aseguró Sergio Argüelles, presidente y director general de Finsa.
Según la compañía regiomontana, en un futuro próximo, los protagonistas del sector automotriz afrontarán un profundo periodo de transformación y sus modelos de negocio no estarán centrados sólo en procesos de producción y venta, sino que se orientarán hacia los distintos tipos de usos y al ciclo de vida de los nuevos modelos de transporte.