
"Lo que ocurrió fue la reiteración de que es indispensable realizar un tajo o escotadura en la cortina para restituir las condiciones naturales de escurrimiento, dada la situación de riesgo prevaleciente hacia aguas abajo de dicha presa", aseguró la dependencia estatal.
Conagua recordó que este exhorto se realizó inicialmente en 2015, cuando el Consultivo Técnico de la Subdirección General Técnica de la Conagua supervisó dicha obra, determinando que "este embalse no es estructuralmente apto para recomendar trabajos de adecuación con el propósito de reducir riesgos a niveles admisibles".
Asimismo, la dependencia sostuvo que en 2015 se determinó que la obra debía ponerse fuera de servicio, mientras no se realizaran las obras.
Conagua señaló que la presa también presenta grietas transversales en su margen derecha y longitudinales en la corona de asentamientos de la cortina, mismas que se presentaron inmediatamente después de su construcción.
La instancia federal advirtió que de no atenderse esta solicitud, podría iniciar con procedimientos administrativos.
"La presa Palo Blanco fue construida sin autorización o permiso de la Conagua, por lo que aún no se ha iniciado un procedimiento administrativo sancionatorio en contra de quien resulte responsable, sin embargo, de no atender los señalamientos, se procederá conforme a las disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales vigente", alertó.
El pasado 20 de abril, VANGUARDIA publicó que Antonio Nerio, titular de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento, entregó una carta a Conagua, en donde hizo un llamado para evitar la demolición de la presa, y solo rehabilitar partes dañadas.