Se espera que las labores de restauración sean declaradas oficialmente iniciados el próximo jueves, con la visita del gobernador, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, en un acto que se verificará a las 12 del día.
Desde el domingo pasado, trabajadores del INAH, de la Secretaría de Cultura federal, del gobierno estatal y la presidenta municipal de Atlixco, Ariadna Ayala, se han apersonado en San Pedro Benito Juárez -también conocido como San Pedro Coaco- para hacer las primeras tareas de reparación y coordinar el evento oficial del jueves 3 de agosto.
No obstante, la visita oficial del titular del Poder Ejecutivo sucederá en un momento de particular tensión entre la grey católica de Coaco, pues el domingo pasado los custodios de los usos y costumbres impidieron que el párroco, Bartolo Lara Bernardo pudiera ingresar al atrio del templo, pues desde el 11 de junio fue desconocido por la asamblea comunitaria, el órgano de gobierno más importante de la comunidad.
La defenestración popular se debió a que, desde su llegada, el cura se ha negado a reconocer a los fiscales y mayordomos electos por usos y costumbres, e incluso impuso a otros feligreses en esos cargos, lo que ha generado división en San Pedro.
Pero el conflicto tiene más de seis años, desde que la Arquidiócesis que encabeza Víctor Sánchez Espinosa, ha pretendido quitar la categoría de parroquia a San Pedro, sin que su decisión esté fundamentada en el derecho canónico.
Coaco tiene la categoría de parroquia franciscana desde el 18 de agosto de 1550, concedida por el virrey Antonio de Mendoza. Entre sus potestades se encuentra la custodia del archivo municipal, que en el caso de San Pedro contiene un código prehispánico y que de perder su estatus, pasaría a manos de la Arquidiócesis de Puebla.
San Pedro Benito Juárez, llamado por sus habitantes más antiguos como San Pedro Coaco, es una junta auxiliar de Atlixco, de las más alejadas de la Zona Metropolitana de Puebla a 54 kilómetros de distancia y las más cercanas a Don Goyo, a solo 11 kilómetros del cráter.
Habitualmente fuera del foco oficial y mediático, siempre que hay una elevación en el comportamiento eruptivo del Popocatépetl, San Pedro se vuelve la base de operaciones de las fuerzas armadas, policiacas, organismos de protección civil y televisoras que desde ese sitio hacen tomas imponentes, cuando el coloso se los permite.
Pero el abandono que padece Coaco fuera de la emergencia puede evidenciarse en su templo, uno de los más antiguos de México -su edificación inició en 1535 y culminó en 1550-, que sufrió graves estragos por el sismo del 19 de septiembre de 2017 y a la fecha sigue sin ser reparado.