Señala Quinto Elemento Lab en su portal que tampoco los funcionarios y las autoridades encargadas de su cuidado y conservación. La dimensión de la emergencia provocada por los terremotos, tanto daño, tanto derrumbe, tanto destrozo, tanta presión para responder pronta y adecuadamente, los sepultó.
Una vez que la tierra dejó de moverse y comenzó a hacerse un censo de la destrucción, las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cayeron en cuenta de que faltaban cientos de especialistas y expertos en restauración de inmuebles construidos desde el siglo XVI, de que la estructura oficial era notoriamente insuficiente y de que restaurar los monumentos dañados tomaría mucho tiempo.
También se dieron cuenta de que necesitarían un pequeño ejército de compañías que ejecutaran los trabajos de restauración. Aún peor: que no había un número suficiente de empresas especializadas que los hicieran.
Así que los esfuerzos para recuperar el patrimonio arquitectónico histórico de México se toparían con una realidad casi insuperable: tan pocas personas y empresas no podrían hacer frente a la emergencia.