En rueda de prensa, el directivo dijo que además de afectar la competitividad del país por el mayor costo de operación, genera retos por las consecuencias que genera para el medio ambiente, la salud pública y la seguridad vial.
Arzate hizo un llamado para impulsar un programa de chatarrización que permita renovar los vehículos de carga y pasaje en el país, al considerar que las unidades del autotransporte son bienes de capital que ayudan a las empresas de todas las ramas productivas a trasladar sus mercancías, suministros y equipos, y movilizan a las personas que realizan actividades productivas.
El directivo señaló que estas unidades obsoletas operan con motores Euro III y anteriores, que contaminan 90 por ciento más que las tecnologías de motores más avanzadas como la Euro VI/EPA 10 que establece la normativa ambiental desde enero 2025.
Arzate subrayó que el incremento de las importaciones de vehículos pesados usados desde Estados Unidos ha deteriorado aún más el mercado interno, desplazando ventas, afectando el mercado secundario y aumentando la edad vehicular de la flota en circulación.
Tan solo en 2023, dijo, se importaron 20 mil 139 unidades usadas y en 2024 la cifra subió a 29 mil 790 unidades, muy por encima del promedio anual de nueve mil 800 unidades observado en años anteriores.
Esta tendencia provocó que la proporción de importaciones respecto a las ventas al menudeo pasara de 20 por ciento en 2022 a 58 por ciento en 2024, generando un impacto negativo en la industria nacional, la economía regional y la creación de empleo, dijo el representante de las armadoras.