Como señala Juan José López de Silanes, socio de Basham Ringe y Correa, una vez aprobada la Reforma, la SEMAR contará con las facultades para formular, conducir, evaluar y actualizar la Política Nacional Marítima.
"Esto marca un cambio significativo, ya que la SEMAR se convierte en la autoridad marítima-portuaria, lo que abre nuevas oportunidades de desarrollo en el sector, teniendo en cuenta las necesidades comerciales, sociales y ambientales, como los tratados y acuerdos internacionales, detalla.
A decir del especialista en M&A y corporativo, se avecina el surgimiento de un nuevo panorama de oportunidades para la inversión privada en la industria marítima y portuaria, dada la creciente demanda de transporte.
Esto incluye áreas como la administración y operación de terminales portuarias especializadas, servicios portuarios, obras marítimas, servicios de logística, arrendamiento o financiamiento de embarcaciones, y transporte terrestre para las operaciones portuarias.
Sin embargo, junto con estas oportunidades vienen desafíos. Ricardo Lan, consejero de Basham Ringe y Correa en materia de transporte y derecho corporativo, menciona que uno de los principales desafíos legales será la implementación de la Ventanilla Única Marítima, acordada en abril de 2019 a través del Convenio de Facilitación de la Organización Marítima Internacional. Aunque México es parte de este convenio, aún no ha implementado la Ventanilla Única Marítima, que debería haber comenzado a operar obligatoriamente desde el 1 de enero de 2024.
Para la SEMAR, esto representa un gran reto, ya que la implementación de la Ventanilla Única Marítima requerirá acuerdos internos con diversas autoridades y posiblemente reformas legislativas.
Esta ventanilla tiene como objetivo ofrecer un canal exclusivo para la presentación de información y documentación para las operaciones marítimas-portuarias, involucrando a varias entidades gubernamentales y administraciones portuarias. Su implementación es crucial para facilitar el comercio internacional y cumplir con los acuerdos internacionales, considerando a México como uno de los nodos logísticos más importantes de América, asegura.
La aprobación de esta ley marca un hito en el desarrollo y protección de los intereses marítimos nacionales, abriendo nuevas oportunidades para la inversión privada en la industria marítima y portuaria.
Para conocer sus alcances, Juan José López de Silanes, Ricardo Lan y Diego Miguel Ramiro, este último asociado especializado en Telecomunicaciones y transporte de Basham, Correa y Ringe, abordan los highlights de la normativa y delinean sus oportunidades en los frentes claves.
¿Qué oportunidades pueden surgir en el mercado legal, laboral, financiero y de formación de personal marítimo como resultado de esta reforma?, ¿cómo pueden las empresas y profesionales del sector aprovechar estas oportunidades?
Diego Miguel Ramiro: Como resultado de esta nueva reforma y la correcta implementación de los tratados y convenios internacionales, la industria marítima portuaria podría detonarse como resultado de los sucesos internacionales que han afectado el transporte y logística del transporte marítimo, por ejemplo, reducción de operaciones del Canal de Panamá y la crisis del Mar Rojo.
En ese sentido, con el desarrollo del Tren Interoceánico, así como el desarrollo de otros puertos en México dicha situación será una oportunidad para distintos sectores de la industria como lo pueden ser:
Construcción: los cuales serán necesarios para llevar a cabo la construcción de nuevas terminales portuarias, expansiones de terminales y recintos portuarios, así como el mantenimiento de los mismos.
Financiero: como aumento del transporte de mercancías, la constante actividad de extracción de hidrocarburos en México; así como también los pactos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, las líneas o empresas navieras mexicanas o extranjeras requerirán de más embarcaciones, así como la renovación de su flotilla para prestar servicios de transporte de pasajeros a las plataformas, transporte de mercancías, prestar servicios de avituallamiento, etc.
Obras marítimas: ante el desarrollo de embarcaciones cada vez más grandes, los puertos deben de modificar el calado y mantener el mismo, de acuerdo a las nuevas embarcaciones, a fin de explotar correctamente las mismas. Dentro de dichas obras se requerirán de maquinarias como las dragas, así como el transporte del material que se extraiga a su lugar de depósito.
Formación: México, a través de la Universidad Naval de la SEMAR continúa liderando la formación de personal marítimo dentro y fuera de México. Sin embargo, ante la complejidad y constante innovación en el sector es conveniente realizar capacitaciones para el correcto uso, mantenimiento y reparación de embarcaciones y los equipos asociados, por lo que centros de formación y capacitación principalmente atendiendo a los nuevos tratados internacionales en materia de seguridad, protección al medio ambiente, así como a los nuevos tipos de embarcaciones serán necesarios para la actividad marítima portuaria.
Legal: México al no ser considerado como un país de bandera de conveniencia, la introducción temporal de embarcaciones extranjeras a aguas marítimas requiere de procedimientos y permisos específicos para la operación y utilización de dichas embarcaciones. Asimismo, la importación, abanderamiento y matriculación de embarcaciones deberá seguirse de acuerdo a los procedimientos específicos en México, siendo uno de los más complejos derivado de las verificaciones de navegabilidad que se deben realizar a las embarcaciones.