
Marco Antonio Carrillo Hernández, delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guanajuato, informó que ya comenzaron las gestiones con los respectivos gobiernos municipales para la obtención de terrenos.
Detalló que, para un hospital de estas dimensiones en León, se requieren al menos tres terrenos de cinco hectáreas. Estamos haciendo gestiones con León y Silao para obtener terrenos, agregó.
Reconoció que en León no es sencillo encontrar un predio de esa magnitud; sin embargo, aseguró que la alcaldesa Alejandra Gutiérrez Campos mantiene apertura y disposición para avanzar en el proyecto. Carrillo Hernández consideró que la iniciativa podría tomar lo que resta del sexenio, debido a la complejidad del proceso de planeación y operación.
Otros proyectos del IMSS en Guanajuato Además del nuevo hospital del IMSS en León y Silao, se encuentran en desarrollo otros proyectos: en Salamanca, la construcción de una clínica; en Irapuato, un hospital de 216 camas; y en Celaya, la edificación de una clínica con 260 camas.
Respecto al hospital de Guanajuato capital, la inversión cerró en mil 800 millones de pesos, sin considerar el equipamiento.
Carrillo Hernández adelantó que la próxima clínica en inaugurarse será la de Guanajuato capital, prevista para noviembre. El arranque será parcial, con consulta externa en especialidades que no requieren hospitalización, como dermatología y oftalmología.
Hospital Regional del IMSS en León, al borde del colapso
El Hospital General Regional (HGR) No. 58 de León, enfrenta una severa saturación en su área de Urgencias, atendiendo a más de 100 pacientes al día, a pesar de tener una capacidad de solo 45. Esta sobrecarga se debe a la falta de espacio físico, la escasez de camas y a que los consultorios de medicina familiar derivan a esta área a pacientes con padecimientos que no son urgentes.
Esta situación ha provocado que el personal, incluyendo a enfermeros y camilleros, se vea abrumado, lo que afecta la calidad de atención. Un trabajador del hospital reportó que, en ocasiones, los pacientes son atendidos en el suelo debido a la falta de camillas y sillas, creando un ambiente de estrés y frustración para todos.
Aunque el hospital sigue un sistema de clasificación de urgencias llamado Triage, que prioriza a los pacientes según la gravedad de sus síntomas, los trabajadores reconocen que este protocolo rara vez se cumple adecuadamente debido a la alta afluencia de pacientes. Esto resulta en largas esperas, que pueden durar hasta dos o tres días, lo que genera reclamos y, en algunos casos, comportamientos violentos por parte de los familiares.
Además de la falta de camas, los trabajadores señalan que el problema se origina en la deficiente clasificación de pacientes que realizan las unidades de medicina familiar. Estas refieren a personas con dolores leves o que solo necesitan estudios de laboratorio o radiografías, exacerbando la saturación del servicio de urgencias.
El caso de Celia Araujo ilustra la problemática: su hijo, con piedras en la vesícula, lleva más de 24 horas esperando por una cirugía en una silla, a pesar de su condición. La falta de información y la lentitud del proceso, que le habían prometido sería rápido, reflejan el colapso del área de urgencias del HGR No. 58.