
Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una de las crisis más severas de su historia, con una deuda financiera de 101,065 millones de dólares y adeudos a proveedores que superan los 404,000 millones de pesos. En este contexto, Carlos Slim Helú, el empresario más acaudalado de México, plantea una estrategia radical para evitar que la petrolera colapse y pierda su viabilidad operativa.
Durante su participación en el Día del Ingeniero, Slim propuso una solución estructural centrada en dos ejes: reorientar el gasto hacia la producción de petróleo en lugar de exploración y permitir una mayor participación de empresas privadas en la extracción de crudo. Según el magnate, esta estrategia no sólo ayudaría a Pemex a generar ingresos inmediatos, sino que también permitiría compartir riesgos y acelerar resultados sin comprometer más recursos del Estado.
Slim enfatizó que la inversión privada debe superar el 20% del PIB para impulsar el crecimiento económico. Criticó los actuales niveles de inversión (20-22%) como insuficientes para atender necesidades estructurales como la infraestructura energética.
La estrategia de Slim también contempla aprovechar el marco del nuevo Plan Nacional de Energía impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, el cual abre espacio a esquemas de inversión mixta con Pemex. Slim, a través de Grupo Carso, ya participa activamente en campos estratégicos como Lakach y Zama, lo que refuerza su posicionamiento dentro del sector.
Más allá del petróleo, Slim advirtió que también es urgente modernizar la red eléctrica nacional para hacer frente a la creciente demanda incluyendo la que generan los centros de datos impulsados por inteligencia artificial, y propuso una inversión nacional intensiva con impacto en crecimiento, empleo y bienestar social.