Sin embargo, el salto al concepto de sostenibilidad o desarrollo sostenible impulsado por la ONU significa que ese impacto positivo ha de incidir en tres ámbitos: el social, el ambiental y el económico, y que ha de tener una visión a largo plazo. Se trata de hacer hoy un uso más responsable de los recursos disponibles que permita garantizar su continuidad de cara a las generaciones futuras, la calidad de vida y los derechos fundamentales de las personas, y la sostenibilidad económica de los territorios.
En esta ampliación de enfoque, se exige a las empresas que asuman un papel mucho más activo, y que su compromiso vaya mucho más allá de una declaración de intenciones y un ejercicio de solidaridad totalmente tangencial al negocio. Ahora, la sostenibilidad se impone como prioridad dentro de las organizaciones, y gestionarla adecuadamente se convierte en una parte estratégica del propio negocio. Y así es como el DIRSE evoluciona hacia el perfil del director de Sostenibilidad, o Chief Sustainability Officer (CSO).
Idealmente, el departamento de Sostenibilidad debe ser transversal a todas las áreas de negocio, y su principal responsable debe reportar directamente a la Dirección General, manteniendo una conexión permanente con todas las áreas y una coordinación estrecha con la dirección de Marketing o de Comunicación.
Misión, funciones y habilidades La misión principal del CSO es la de desarrollar una estrategia de sostenibilidad corporativa, identificar tanto los riesgos como las oportunidades de la organización en esta materia y concienciar a los equipos de la importancia de comprometerse con este objetivo de alcance, para configurar un modelo de negocio sostenible capaz de generar valor a sus grupos de interés o stakeholders (inversores, empleados, proveedores, clientes, etc).
Entre las funciones del CSO deben estar, por tanto, la vinculación de la organización con los ODS y la identificación de aquellos objetivos en los que esta va a trabajar; la medición del impacto conseguido con sus medidas y acciones; la evaluación de los riesgos medioambientales derivados de su actividad; la gestión de los asuntos sociales relacionados con los equipos; la decisión de las inversiones con criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) a realizar; la elaboración de informes de resultados y su posterior divulgación a sus grupos de interés y a la sociedad en su conjunto.
Para ello, este nuevo directivo deberá tener unas competencias técnicas para la gestión y análisis de datos, un conocimiento profundo del sector, de sus conceptos de referencia y de su contexto legislativo. Además, tendrá que tener habilidades comunicativas, dotes de influencia y una visión estratégica empresarial, para ser capaz de demostrar cómo las iniciativas de sostenibilidad están generando valor para el negocio.
Retos y oportunidades Entre los principales retos del CSO cabe destacar su implicación en el corazón del negocio, influyendo activamente en el rumbo que ha de tomar la empresa; la integración de los criterios ASG de forma transversal en toda la organización, diseñando una estrategia para conseguirlo, definiendo roles y estructuras y estableciendo sistemas de rendición de cuentas; y abordar la sostenibilidad como una oportunidad, para lo que es esencial abordar la captación, compromiso y retención del talento adecuado para conseguirlo.
Asimismo, debe entender que la transformación digital es un impulso para conseguir los objetivos de sostenibilidad, ya que la tecnología es una herramienta clave para la captación automatizada de grandes cantidades de datos para su posterior análisis, medición, auditoría y reporte, y por tanto, un aliado fundamental en el desempeño de sus funciones.
Hoy día, la mayoría de las grandes compañías están interesadas en contar con un directivo de estas características, pero no es un perfil fácil de encontrar, y los que existen, incluso en un nivel más bajo de consultores más junior, están muy solicitados. En primer lugar, porque es un sector considerablemente nuevo, y en segundo lugar, porque la profesión se está tecnificando, debido al tsunami regulatorio en cuestiones ASG y existe una tendencia a dejar atrás la visión generalista del cargo para buscar talento más especializado en alguna de las tres líneas de acción: ambiental, social o de gobernanza.
En lo que respecta a su rango salarial, estamos hablando de un profesional senior que puede cobrar de media, en torno a 55.000 euros brutos anuales, según el II Estudio de la función DIRSE en la empresa española, elaborado por DIRSE. Sin duda, la sostenibilidad se ha convertido en un área profesional en pleno desarrollo que puede ofrecer importantes oportunidades de empleo en los próximos años, aunque cada vez más requerirá de mayor formación, especialización y aprendizaje continuo.