En dicho periodo, el monto canalizado a construir, conservar o adquirir bienes de capital para la obra pública directa e indirecta de salud alcanzó los 2 mil 194 millones de pesos, el más bajo de los últimos tres años.
Si se compara con lo registrado en igual periodo de 2018, último año del anterior Gobierno federal, la reducción es de 60 por ciento en términos reales.
En contraste con lo reportado en obras de salud, en el primer trimestre de este año la inversión física en obras relacionadas al sector energético tuvieron un incremento real anual de 13.6 por ciento.
Enrique Díaz Infante, director de Estudios del Sector Financiero y Seguridad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), sostuvo que el Gobierno federal sigue priorizando proyectos emblemáticos y la estabilidad macroeconómica del País mediante una contención del gasto, lo que ha implicado menos recursos para salud.
«Son los recortes que tradicionalmente vemos desde el Gobierno del ex Presidente Enrique Peña Nieto, que es lo que además impacta en el crecimiento económico del País», dijo.
En tanto, Luis Antonio Andrade Rosas, investigador de La Universidad La Salle, comentó que la reducción en inversión a obras de salud provocará que los servicios públicos en este rubro sean insuficientes en el mediano y largo plazo.