La industria de la salud se compone por un gran uso de datos y enfoques estadísticos que hacen que su avance se de continuamente. Si a esto, le agregamos la tecnología de la inteligencia artificial, tenemos que especialistas en la materia han identificado varias áreas en donde los beneficios son incomparables, tales como el acceso y atención a servicios de salud en países subdesarrollados, el análisis de imágenes médicas, la velocidad con las que se pueden crear diagnósticos, el seguimiento y respuesta a brotes infecciosos, y el continuo apoyo a la investigación y toma de decisiones.
Así mismo, la precisión de atención médica derivado del conjunto de información que se tiene de cada paciente va avanzando. La inteligencia artificial puede mejorar la precisión y accesibilidad de los datos del paciente al extraer información utilizando técnicas de procesamiento de lenguaje natural. Esto promueve una mejor toma de decisiones clínicas y una gestión más eficaz y eficiente de los registros de salud. Los dispositivos portátiles, sensores y otros dispositivos conectados pueden proporcionar recopilación y análisis de datos de pacientes en tiempo real para sistemas de monitoreo impulsados por la IA.
Incluso los médicos pueden monitorear de forma remota el estado de salud de los pacientes, detectar irregularidades e intervenir rápidamente cuando sea necesario.
México destaca, dentro de los países de la OCDE, por tener infraestructura hospitalaria y recursos humanos insuficientes en el sector salud. Por lo que para nuestro país, el uso de esta tecnología, si se empleara por especialistas de manera correcta podría incluso ayudar en la asignación de recursos y operaciones médicas, es decir, camas y equipos, mediante el uso de pronósticos y análisis predictivos para anticipar los flujos de pacientes. De acuerdo a México Evalúa, en México tenemos una cama en hospitales públicos por cada mil habitantes, es decir, que la IA podría ayudar a reducir no solo los tiempos de espera, las admisiones hospitalarias y la mejora de resultados en los pacientes, sino que además aumentaría la eficiencia operativa y se mejoría la utilización de los recursos. Con el uso de la inteligencia artificial en México en el sector médico lograríamos cambiar el enfoque público médico en un enfoque eficaz centrado en el paciente.
Esto no quita, que también existe el otro lado de la moneda. La Organización Mundial de la Salud ha instado en tener cuidado en el uso de esta y cualquier otra tecnología cuando se emplea en pacientes, ya que los datos utilizados para obtener un resultado específico pueden estar sesgados, y/o generar y contener información inexacta, lo que representa un riesgo para la salud. Por lo mismo, el uso ético y responsable tanto de la inteligencia artificial como de cualquier otra tecnología desarrollada debe siempre ser prioridad de los médicos.