
El mercado inmobiliario en México ha mostrado señales mixtas. De acuerdo con el INEGI, la inversión fija bruta en construcción cayó 5.3% interanual en el primer trimestre de 2025, acentuando la desaceleración que ya se venía arrastrando desde finales de 2023. Sin embargo, el sector vivienda mantiene una demanda constante, especialmente en zonas urbanas con crecimiento poblacional.
Y aquí es donde entra el diferencial: la vivienda sustentable. Según un estudio de Vivanuncios y la firma Inmuebles24, el 67% de los compradores potenciales de vivienda en México estaría dispuesto a pagar más por una propiedad con paneles solares o sistemas que reduzcan el consumo energético. Este dato no es menor. Habla de un consumidor cada vez más informado y exigente, consciente de su impacto ambiental y de los beneficios económicos de vivir en una casa eficiente.
Incorporar energías limpias, como los paneles solares, los sistemas de captación de agua pluvial o los materiales térmicos, no debe verse como un costo adicional, sino como una inversión de posicionamiento. Las viviendas con eficiencia energética se revalúan mejor, tienen mayor rotación en el mercado y, en algunos casos, pueden ser candidatas a beneficios fiscales o subsidios.
Como desarrolladores, debemos cambiar la pregunta de "cuánto cuesta" por "cuánto vale". En un entorno donde el acceso al crédito se ha reducido y el consumidor se vuelve más selectivo, ofrecer un producto con valor agregado es clave para mantener la competitividad.
Hoy, construir con energías renovables no es una tendencia de nicho, es una decisión inteligente que responde a las demandas del mercado, a la urgencia climática y a la oportunidad de reposicionar al sector inmobiliario como un actor de transformación.