
El especialista destacó que uno de los principales retos es el acceso al financiamiento para sectores de la población que no cuentan con los beneficios de instituciones como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) o el Fondo de la Vivienda del ISSSTE (Fovissste). Esta situación afecta particularmente a quienes trabajan en la economía informal o tienen ingresos irregulares.
"Existe una buena parte de la población que no es derechohabiente, que está en otro tipo de economía y no tiene acceso a financiamiento. Es necesario generar otras opciones de financiamiento para esta población", afirmó en entrevista con Centro Urbano.
En ese sentido, mencionó que las instituciones financieras deben buscar alternativas innovadoras para ofrecer créditos o esquemas de financiamiento accesibles, que permitan a estas personas contar con recursos suficientes para adquirir o mejorar sus viviendas. Agregó que los programas sociales y gubernamentales deben considerar estas realidades económicas para lograr un mayor impacto positivo.
Además, subrayó la importancia de proporcionar asesoría técnica adecuada durante la autoconstrucción o autoproducción de vivienda. Según Armenta, muchas familias prefieren destinar todos sus recursos en materiales, dejando de lado la asesoría técnica, lo que a largo plazo resulta perjudicial.
"La gente piensa que contratar un asesor técnico es un gasto superfluo, pero en realidad es una inversión que permite que las familias construyan viviendas más seguras y resistentes para futuras generaciones", puntualizó.
Armenta explicó que una vivienda mal construida incrementa significativamente el riesgo ante fenómenos naturales como sismos, huracanes o inundaciones, especialmente ante los efectos crecientes del cambio climático. Por lo tanto, destacó la importancia de contar con profesionales calificados que asesoren en la construcción, lo que permitiría generar viviendas más resistentes y sostenibles.
Finalmente, el director ofreció una reflexión sobre el futuro de la vivienda en México, resaltando la presión que generan los flujos migratorios internos e internacionales en las ciudades. Para Armenta, es fundamental crear espacios seguros, adecuados y asequibles, adaptados a estas dinámicas migratorias.
"Estamos observando departamentos que originalmente eran para una familia y ahora albergan hasta 15 o 20 jóvenes compartiendo espacios reducidos. Esto evidencia la urgencia de crear vivienda digna y accesible en entornos urbanos", señaló.
Armenta enfatizó que esta situación no solo afecta la calidad de vida, sino también la cohesión social y el desarrollo integral de las ciudades. Indicó que se requiere una planificación urbana más eficiente, que considere la proximidad a los centros laborales, escuelas y servicios básicos, para evitar que las personas tengan que trasladarse grandes distancias diariamente.
Además, hizo un llamado a considerar integralmente estos retos, abordando tanto el acceso al suelo urbano cercano a fuentes de empleo, como la mejora en las condiciones generales de habitabilidad, para evitar el abandono cíclico de viviendas en zonas periféricas.
"La visión integral es clave. Necesitamos responder adecuadamente a las necesidades actuales y futuras, evitando que el fenómeno del abandono de vivienda se repita continuamente", concluyó.
Finalmente, Armenta destacó que Hábitat para la Humanidad continuará trabajando en colaboración con distintos sectores, incluyendo gobiernos, organizaciones civiles y comunidades, para impulsar soluciones innovadoras y efectivas que permitan enfrentar estos grandes retos de la vivienda en México.