
Aunque la autoproducción de vivienda es una opción accesible para las personas, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) apunta la necesidad de realizarse con calidad y asistencia técnica calificada para que el inmueble no solo resulte funcional sino que mantenga seguridad estructural.
De acuerdo con la Secretaría, la autoproducción es una forma de construir viviendas mediante la cual las familias satisfacen sus necesidades habitacionales; y en ellas recaen las decisiones del proceso de construcción desde una vivienda nueva hasta el mejoramiento y la ampliación de los hogares.
La Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI) 2021 del INEGI reveló que la autoproducción es un modelo masivo a través de la cual se han construido 57.3% de los hogares en México, es decir, alrededor de 20.2 millones de casas.
Además, debido a que es una práctica histórica en México y que actualmente representa casi 6 de cada 10 hogares en el país, el Programa Nacional de Vivienda 2021-2024 comprende estrategias para impulsar la autoproducción de vivienda y con ello combatir el rezago habitacional, principalmente en zonas marginadas.
Sedatu comparte estrategias para autoproducción de viviendas
Con el fin de cumplir la demanda de vivienda en México, la Sedatu en colaboración con organismos nacionales de vivienda, así como con apoyo de dependencias alemanas, desarrolló una estrategia mediante la cual pone a disposición de las personas los programas, apoyos y herramientas para llevar a cabo de manera adecuada la autoconstrucción de sus inmuebles.
Para que las familias mexicanas puedan ejercer su derecho a una vivienda adecuada, la Estrategia Nacional de Autoproducción se basa en la generación de suelo apto para construcción de vivienda y su vínculo con el desarrollo urbano, esquemas de financiamiento innovadores y la promoción de asistencia técnica integral, apunta la dependencia.
De acuerdo con la Sedatu estas acciones se enfocan en las necesidades de las familias de menores recursos para que puedan tomar decisiones informadas al momento de autoproducir una vivienda nueva o el mejoramiento o ampliación de una ya existente.
Además, a diferencia de las viviendas de construcción comercial, las autoproducidas se construyen de acuerdo a las necesidades de quien las habitará, asimismo se adecuan a las condiciones climáticas y culturales de la región donde se ubican, refiere la Sedatu. De la misma forma, destaca que en promedio los hogares autoproducidos son 12 metros cuadrados más grandes que los comerciales.
Por otra parte, la secretaría plantea que el reto es lograr que las viviendas autoproducidas se apeguen al Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat). De esta forma se pretende que las familias autoproductoras no prioricen sus necesidades inmediatas por encima de la planeación y el diseño de sus hogares.
Una práctica con historia
La autoproducción de viviendas es una práctica que ocurre desde hace varias décadas no solo en México. En 1996 la autoproducción fue reconocida a nivel internacional como una estrategia clave para el desarrollo como parte de la Nueva Agenda Urbana Hábitat de Naciones Unidas, en donde se reconoció a la vivienda como un derecho universal.
En México los hogares autoproducidos se concentran principalmente en el sur sureste del país, particularmente en entidades como Oaxaca, Guerrero y Tlaxcala donde más de 80% de las viviendas fueron construidas bajo este mecanismo.
En contraste, la ENVI 2021 reveló que en los estados de Nuevo León, Aguascalientes, Coahuila y Chihuahua solo se han autoproducido entre el 31.6% y el 34.2% de las casas en dichas demarcaciones.
Mediante el sitio web Decide y construye, el Gobierno Federal pone a disposición de las familias mexicanas recomendaciones de lo que no puede faltar en un proyecto de autoproducción de vivienda, programas sociales que se pueden solicitar y hasta un simulador de precios para que las personas se encaminen a realizar su propia casa.