
En la actualidad, los sistemas energéticos de la mayoría de los países se enfrentan a desafíos crecientes. Como tensiones geopolíticas, eventos climáticos extremos, fluctuaciones excesivas en los precios del mercado o crisis energéticas.
La energía corre el riesgo de convertirse en un punto crítico para la seguridad de las sociedades modernas. Principalmente, si se considera que de ella dependen procesos como la movilidad, digitalización, calefacción y refrigeración, por mencionar algunos.
Ante un ambiente tan incierto, la resiliencia energética se perfila como una necesidad para enfrentar los retos venideros se han puesto en la mesa opciones. Como la distribución de la capacidad de energía, el uso de fuentes de energía complementarias que permitan aminorar riesgos asociados a disrupciones en la cadena de suministro. Así como el uso de energías renovables para relocalizar la generación de energía.
En el caso de México, además de representar un reto para potencializar el uso de energías renovables. Y con ello contribuir en la disminución de Gases de Efecto Invernadero (GEI), esta diversificación resulta de suma importancia para reducir la dependencia de una economía tradicionalmente anclada a la producción de combustibles fósiles, condición que lo hace vulnerable a las fluctuaciones de los precios de los mercados internacionales.
Al respecto, el Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos (Pemex), en su sesión Ordinaria 1036 del 22 de mayo de 2025, aprobó el nuevo Estatuto Orgánico de la petrolera en el que se menciona que la Empresa Pública del Estado participará en la exploración de campos de hidrógeno y proyectos de geoenergía.
Explorará proyectos de generación con base en energías renovables como la solar, eólica, hidráulica. Así como la generación de biocombustibles como el biodiésel o combustible sostenible de aviación.
El establecimiento de una red de generación fotovoltaica para autoconsumo, a partir de la instalación de paneles solares en los techos de las estaciones de servicio que son franquicia de Pemex, es una iniciativa y forma parte de los proyectos que promoverán el uso de energías limpias, beneficiando el ahorro de energía y la disminución de las emisiones de GEI.
En materia de geoenergía, se prevén proyectos de geotermia y generación de energía eléctrica en activos existentes. Como plataformas marinas en desuso y proyectos específicos de reducción de quema de gas; entre otros. México cuenta con un alto potencial meteorológico-oceánico debido a las mareas, corrientes, oleaje y viento. Condición que puede aprovecharse junto con las plataformas que se encuentran fuera de operación.
Pemex también trabaja, en coordinación con la Comisión Federal de Electricidad, en la planeación y puesta en marcha de tres centrales de cogeneración eléctrica. Ubicadas en la refinerías de Tula y Salina Cruz, y en el Complejo Petroquímico Cangrejera, respectivamente. Las cuales en conjunto proyectan una generación estimada de 2 mil 422 MW y cuyo objetivo es aprovechar el calor residual de las plantas industriales para producir electricidad de manera eficiente. Las fechas estimadas del inicio de sus operaciones se tienen previstas para el 2029 y 2030.
En suma, para que el país fortalezca su resiliencia en términos de energía, es necesario que diversifique las fuentes de donde la obtiene. Este esfuerzo sólo será posible si se trabaja de manera conjunta con autoridades, empresarios y comunidades correspondientes. Los cuales actores clave para la consolidación de su soberanía energética.