
La Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) aseguró que la mejor forma de mitigar los efectos de la gentrificación en la Ciudad de México es impulsar cambios regulatorios que incentiven la inversión y la construcción de vivienda en más zonas y para más personas.
Mediante un comunicado, la ADI explicó que uno de los principales factores que presionan el desplazamiento de familias es la falta de oferta habitacional, que causa que la demanda de vivienda crezca y, por consiguiente, que se eleven los precios, provocando una exclusión silenciosa.
"Para evitarlo, la Ciudad necesita atraer inversión formal, impulsar nuevos desarrollos para todos los sectores de la población y ampliar las oportunidades de acceso a la vivienda", señaló la Asociación.
Asimismo, destacó que cualquier regulación debe tomar en cuenta tanto a los inquilinos como a propietarios, pues muchas viviendas que se encuentran en renta son propiedad de personas que han invertido su patrimonio en inmuebles como principal fuente de ingresos, por lo que limitar el valor de las rentas afectaría su sustento y desincentivaría la inversión en su mantenimiento, rehabilitación y oferta.
Y, de igual manera, consideró que establecer topes en los precios de renta no ataca las causas estructurales de la gentrificación, sino que desalienta la inversión inmobiliaria y reduce la oferta de vivienda disponible.
"La única forma sostenible de contener el alza de precios es incentivando la construcción y rehabilitación de vivienda de calidad mediante una agenda urbana integral, que siente las bases para generar un mercado inmobiliario más amplio e incluyente, desregule procesos, agilice permisos, permita mayor altura y densidad, recicle suelo subutilizado y otorgue certeza jurídica. Sin estas condiciones, la oferta seguirá limitada y los precios seguirán subiendo", indicó la ADI.
Además, afirmó que la CDMX aún tiene un amplio margen para crecer de manera eficiente, pues su densidad urbana actual ronda los 6,160 habitantes por kilómetro cuadrado, muy por debajo de ciudades como Nueva York. Sin embargo, se requiere cambiar las regulaciones obsoletas que restringen alturas y densidades por otras que se enfoquen en revitalizar zonas subutilizadas mediante proyectos sostenibles, integrados y socialmente responsables.
"En conclusión, la gentrificación no se resuelve deteniendo o limitando el desarrollo, sino promoviendo uno que sea incluyente, ágil y responsable. Desde la ADI reiteramos nuestro compromiso para seguir impulsando una ciudad más accesible, densa, conectada y justa. Lo decimos con claridad: si queremos una ciudad más habitable, tenemos que generar las condiciones adecuadas para construirla, en beneficio de todos los que la habitamos", concluyó la Asociación.