
Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta un escenario crítico: su capacidad de producción, logística y financiera son insuficientes para mantener la producción de hidrocarburos líquidos en los próximos años.
Frente a este panorama de declinación productiva, desinversión y compromisos financieros pendientes, Pemex redefine su modelo operativo con la apertura al capital privado como instrumento central en todas sus actividades. En especial mediante contratos mixtos busca asegurar la continuidad de la producción, estabilizar la plataforma de hidrocarburos líquidos y garantizar la sostenibilidad financiera en el corto y mediano plazos.
En el Plan Estratégico 2025-2035 presentado el pasado 5 de agosto alertó que sin apoyo de la iniciativa privada México podría enfrentar una crisis petrolera durante todo el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y los primeros cinco años del siguiente sexenio.
El documento detalla que pasar de un millón 714 mil barriles diarios, estimados para el cierre de 2025 según los Criterios Generales de Política Económica 2026, a un millón 23 mil barriles diarios en 2033 como proyección del plan, implicaría una reducción de 40 % en ocho años. Ese nivel de producción proyectado se asemejaría a los niveles de 1980 y representa un retroceso de más de cinco décadas en la capacidad de extracción nacional.
La figura de los contratos mixtos no solo impulsa la viabilidad financiera de proyectos clave, también contribuye al cumplimiento de los objetivos estratégicos de seguridad energética y desarrollo del país, subrayó el director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, en su Informe Anual 2024 presentado el pasado 14 de julio, lo que remarca la importancia del capital privado en el nuevo modelo energético nacional.
Un pasivo que compromete el futuro
En 2019, aparentemente por razones financieras, presupuestarias y administrativas, el sistema de pago y aceptación de facturas de Pemex comenzó a presentar graves deficiencias, por lo que, afirma Labardini-Deveaux, por primera vez el gobierno comenzó a capitalizarla. En ese momento el patrimonio era negativo en más de 100 mil millones de dólares.
En abril de 2020 perdió su calificación de grado de inversión cuando la agencia de calificación crediticia Moodys rebajó su evaluación a Ba2, por lo que el costo de su deuda financiera aumentó al doble. A partir de 2023, la percepción de los mercados internacionales sobre Pemex como cliente en la industria de servicios petroleros cambió radicalmente: se registraron retrasos significativos en los pagos y en el proceso de facturación de los trabajos terminados.
Este último proceso implica la asignación de un código conocido como COPADE, que se asigna a la factura presentada por el contratista y certifica que ha sido reconocida como una obligación de pago y registrada en el rubro Proveedores. Al segundo trimestre de 2025, el balance general de Pemex muestra una cuenta por pagar reconocida a proveedores cercana a los 23 mil millones de dólares, mientras que los trabajos no reconocidos, sin COPADE, podrían ascender al menos a otros 20 mil millones de dólares, detalla el especialista.
El esquema que pretende instaurar el gobierno federal con los contratos mixtos no solo garantiza el pago a las empresas y que una vez que Pemex emita el documento con volumen y valor comercial de los hidrocarburos extraídos, el brazo comercializador de la petrolera, PMI Comercio Internacional, realizará la exportación y depositará en un fideicomiso de administración y pago los ingresos obtenidos en un plazo de 24 horas para pagar a los participantes.
Este modelo prioriza los desarrollos con resultados inmediatos que corresponden a campos ya descubiertos que se encuentran en proceso de explotación, algo parecido a lo que ofreció durante su gobierno el presidente Enrique Peña Nieto con su reforma energética.
Contratos mixtos y proyecciones productivas
El plan identifica 21 proyectos estratégicos bajo contratos mixtos: 11 documentados y en proceso de aprobación, y 10 en etapa de validación, incluyendo campos terrestres y marinos, maduros y nuevos. Entre los principales destacan Konen, Xomili y Yawa; desarrollos inmediatos, como Puk, Bocbil, Vinik, Popte y Tlalkivak-101EXP; y proyectos de alto impacto previstos para 2028 que incluyen Trión y Zama, en los que participa el empresario Carlos Slim.
Con estos contratos, se espera mantener una plataforma promedio de producción de hidrocarburos líquidos de 1.8 millones de barriles diarios entre 2027 y 2035. Además, Pemex proyecta ingresos promedio anuales de 1.977 billones de pesos, contribuciones fiscales de 1.019 billones de pesos, inversión en exploración de 50 mil 668 millones de pesos por año, incorporación promedio anual de 632 millones de barriles de reservas 3P y producción promedio de 613.5 mil barriles diarios de gasolinas, con una participación del 87 % de producción propia en el total nacional.